500 gr de sardinas limpias de espinas
1 cebolla grande
2 tomates
1 pimento verde pequeño
4 patatas medianas
1 cucharadita de pimentón
1/2 vaso de vino blanco seco
8 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta
1 hoja de laurel
Limpiamos las sardinas quitando la espina central y las escurrimos en papel de cocina. Picamos la cebolla en aros no demasiado finos. Troceamos los tomates y el pimiento. Pelamos las patatas y las hacemos rodajas de medio centimetro aproximadamente.
Una vez que tenemos todos los ingredientes listos, vamos con la elaboración del plato que es lo más sencillo que podéis imaginar. Se trata de hacer capas y todo en crudo.
En una cazuela baja y ancha ponemos dos cucharadas de aceite con parte de la cebolla cubriendo todo el fondo. La cubrimos con parte de las patatas y salpimentamos. Seguidamente hacemos otra capa con el tomate y el pimiento,
y por fin las sardinas. Y así vamos haciendo capas hasta terminar todos los ingredientes.
Añadimos el resto del aceite, el laurel, la sal y la pimienta.
Echamos la cucharadita de pimentón en el vino blanco y lo agregamos por encima de las sardinas.
Ponemos la cazuela tapada al fuego y cocemos los primeros minutos hasta que empieza a hervir a fuego vivo, después dejamos cocer lentamente 30 minutos, dependiendo de la clase de patatas pueden estar en 20 minutos.
Parece mentira, pero todo se cocina con los jugos que sueltan los ingredientes. De todas formas se puede agregar un poco de agua si os gusta más caldoso.
Esta receta se puede hacer con otro tipo de pescado. Blanco, por ejemplo merluza; o azul, por ejemplo los ricos boquerones.
Es un plato muy nutritivo, rico en proteinas de pescado azul e hidratos, y con una buena ensalada, plato único. Al menos yo así lo presento y no da nada de trabajo. La caldeirada está buenísima. Es increible el sabor que cogen las patatas.
Espero que os guste :)
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